Pon Play y lee: 24 de Agosto del 2008, 4:30 de la tarde, el cielo gris y la garúa más linda de todo Miraflores, que mojaba mis zapatos y mi vestido favorito, el azul, mi cabello era protegido por mi boina roja, la de crochet, recuerdo que se había despertado aquel sentimiento por querer verlo, llamarlo y saber de él, mientras él no estaba aquí, bueno, si estaba pero, en fin, no estaba. Cuando mis ojos comenzaban a humedecerse, no por la garúa sino, por el querer llorar que se había vuelto tan típico en mi rutina diaria, decidí meterme a un Fast Food, apurada como siempre, y con cara de enojada, pedí una hamburguesa clásica con papas regulares y una gaseosa mediana, nunca lo olvidaré. Mientras esperaba que me llamen para recoger mi pedido, recuerdo que leía el canalla sentimental de Bayly, cuando sentía que me miraban de la mesa de al lado, me sentí incomoda, pero continué con mi librito, estaba solo yo en un lugar para cuatro. Se llamaba Gonzalo y no era de por a